lunes, 7 de mayo de 2012

Carnaval (Publicado en Puebla Revista Febrero)

Carnaval 


Mes de Febrero, mes corto, si los hay. Mes de carnaval. A la mayoría de nosotros cuando se nos aparece Febrero en el calendario, las imágenes de gente carnavaleando se nos vienen a la mente. Gente disfrazada, festejando, bailando, plumas, purpurina, trajes llenos de colores, algunos con poca tela y otro con un poco mas. Caravanas con cantantes, bailarines, músicos, con rostros pintados, algunos enmascarados que agitan algunas pancartas con los nombres de las comparsas, aerosoles de espuma en acción mientras desfilan. Y estas imágenes se nos vienen dadas inclusive de recuerdos de nuestra niñez, del lugar de donde somos oriundos, de nuestros pueblos, de nuestros barrios, de nuestras familias, de como lo celebrábamos, haciendo guerras de “bombitas de agua”, algunos con baldes de agua, pomos, quien no conecto alguna vez alguna manguera como una especie de arma a repetición como para ganar esas “guerritas” que armábamos entre los amigos. Salir por los barrios en bicicleta con los bolsillos llenos de globitos para inflar con agua en el jardín de algún vecino, e ir buscando nuevas batallas que ganar y que además también nos daban la posibilidad de ganar amigos o tal vez la simpatía de alguna niña. Y siempre fue varones contra mujeres, no podía haber cambio de bandos ni equipos mixtos. Casi ni se permitía que hermanos ayudaran a hermanas. Se salvaban aquellos que eran muy menores. Toda una aventura el carnaval, toda diversión, con sanos sentimientos de jugar, de mojarse de conocerse.
Ahora cuando uno se pregunta por el origen de esta celebración y empieza a indagar se encuentra con cosas que uno no imaginaba, ni ahora ni cuando fue niño. Esto que encontré escrito acerca del origen del carnaval es un tanto complicado de explicar para no romper con la mística que lo rodea.
Todos concuerdan que los orígenes datan del  5000 AC, en los pueblos Sumerios y Egipcios, con relación al clima y al agro. En el invierno se consumen los alimentos guardados y que por el frio se pueden conservar sin problemas. Acercándose el equinoccio de primavera en el hemisferio Norte (20 a 21 Marzo) se empiezan a consumir estos alimentos para que no se pudran, y para esperar los frutos de la primavera que llegarían unos cuarenta días después. Esto conllevo a generar en las sociedades una festividad que se la relaciono con distintas deidades, en este punto tengamos en cuenta que todo giraba en torno a templos donde también ahí se guardaban alimentos. Con el advenimiento de nuevas civilizaciones, nuevas deidades, estas celebraciones se desparramaron por el hemisferio norte y comenzaron a tener otros tintes y otros nombres, las bacanales en honor al dios Baco, con desfiles y carrozas, las lupercales en honor a la loba que amamanto a Rómulo y Remo, le dio un cariz sensual, las saturnales en honor a Saturno, le dio el tinte de igualdad.
En la edad media estas festividades tenían una razón mas religiosa y algunos consideran que la etimología de la palabra Carnaval, viene de “carne levare”, es decir quitar la carne. Por eso la celebración es de tres días antes del miércoles de ceniza. En esa época esta festividad venia de la mano de fortalecer el cuerpo para el ayuno que vendría después con la cuaresma.
Luego nos llega a nosotros, y lo digo así rápidamente, a través del descubrimiento de América.
Hoy sabemos que hay lugares en nuestro continente como Brasil, Bolivia, acá en nuestro país (Corrientes, Entre Ríos) en que la festividad del carnaval es muy importante turísticamente y  las sociedades aun hoy en esta celebración encuentra, concretamente, la prosperidad económica.
No obstante esto que he contado, en nuestro corazón y en nuestra mente todavía resurgen las imágenes, olores, voces, cantos y sensaciones de cuando éramos niños y nos divertíamos en familia y con amigos, jugando al carnaval y disfrutando de los encuentros y compañías que esto nos traía. Que sepamos festejar el carnaval tal cual como lo aprendimos a vivir. 

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